Por tercer año consecutivo diversas personas e instituciones de 38 países celebrarán el Día Internacional de la Cultura Científica este 28 de septiembre con el fin de promover actividades que permitan evidenciar la importancia de la cultura científica en las sociedades. ¿Por qué celebrar la Cultura Científica?
¿Por qué celebrar la Cultura Científica?
Por: Ana Claudia Nepote**
Por tercer año consecutivo diversas personas e instituciones de 38 países celebrarán el Día Internacional de la Cultura Científica este 28 de septiembre con el fin de promover actividades que permitan evidenciar la importancia de la cultura científica en las sociedades.
Esta iniciativa está respaldada por más de siete organizaciones mundiales, y es lidereado desde México por la Sociedad Mexicana para la Divulgación de la Ciencia y la Técnica (SOMEDICYT), una asociación civil que se creó en 1986 por iniciativa de profesionistas de distintas instituciones en nuestro país.
“La ciencia es la mejor herramienta que tenemos para entender nuestra realidad, que nos permite transformarla y resolver problemáticas y necesidades que se presentan” según la SOMEDICYT, esta actividad es entendida como como un elemento clave en el desarrollo de la sociedad.
Actualmente no existe un concepto único que defina a la Cultura Científica. Desde Yucatán, la maestra Daniela Tarhuni, académica en la Escuela Nacional de Estudios Superiores unidad Mérida, aclara que existen distintas visiones sobre su significado ya que es un concepto en constante cambio y evolución. Para ella, la cultura científica consiste en un entramado de interacciones sociales en el que se desarrolla el conocimiento científico. Es decir que el término “no sólo refiere a un conjunto acumulado de conocimientos que permite a las personas desarrollar un juicio crítico, sino que también pondera distintas apreciaciones, actitudes y valores que se le atribuyen a este conocimiento y que las personas incorporamos en nuestros referentes para actuar y decidir no solo de manera individual sino también colectiva”.
En opinión de la doctora Milagros Varguez, directora del planetario Ka´Yok en Cancún, Quintana Roo; la Cultura Científica es un atributo de las sociedades, compuesto por elementos que hacen parte de la dinámica social de la actividad científica y que se puede expresar en contenidos simbólicos, de conocimiento o institucionales y se relacionan con la producción y el uso del conocimiento científico.
Para la doctora Varguez, resulta indispensable fortalecer una cultura científica porque vivimos en una época de gran cantidad de información, y gran parte de esta se orienta a exacerbar el morbo, la superchería y la fantasía. Para la especialista en divulgación científica, también es indispensable construir cultura científica al interior de las comunidades académicas y científicas, dentro de las instituciones de educación públicas y en los centros de investigación a través de la generación de puentes de diálogo y de entendimiento para incorporar la participación ciudadana en el conocimiento científico.
Por otro lado, la noción de Cultura Científica también incluye actores y ámbitos heterogéneos y contiene aportes de múltiples disciplinas como la comunicación pública de la ciencia, la pedagogía, la didáctica y cualquier disciplina científica; además del teatro, la plástica, la danza o la música. La Cultura Científica nos enriquece tanto desde la práctica como desde la reflexión teórica, comentó la doctora Constanza Pedersoli desde la Universidad Nacional de la Plata en Argentina.
Para ella la cultura científica representa “un faro que orienta a quienes trabajamos por su promoción y aspiramos con ello a lograr una ciudadanía que pueda prensar y actuar de manera crítica”. Resalta que una persona culta científicamente no se piensa desde una perspectiva enciclopedista, es decir, de alguien que conozca mucho sobre ciencias. Sino que la cultura es una dimensión general, ordenadora de la vida social que da contexto y sentido a nuestra vida. En sus palabras, “una ciudadanía culta puede desconfiar de los relatos que pretenden imponerse como verdades absolutas, los ciudadanos se pueden apropiar de los procedimientos y modos de conocer de la ciencia que a la vez implican maneras críticas de ver y actuar sobre el mundo”.
En resumen, desde América Latina sumamos a la celebración de la Cultura Científica aspirando a desarrollar ciudadanías formadas e informadas científicamente involucrándose en temas locales y regionales pues esto ayuda al fortalecimiento de la soberanía de nuestros países y en partícula de la soberanía científica. La doctora Pedersoli concluye que la construcción de ciudadanías científicas se tiene que guiar por las preguntas ¿qué clase de sociedades necesitamos o queremos? ¿Para qué y para quienes?
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