La chaya o también llamada chay o árbol espinaca, recibe el nombre científico Cnidoscolus chayamansa.
Por: en15dias.com
La chaya o también llamada chay o árbol espinaca recibe el nombre científico Cnidoscolus chayamansa.
Pertenece a la familia Euphorbiaceae y el género Cnidoscolus, está compuesta por 50 especies de las cuales 20 son endémicas de México.

Clasificación taxonómica de La Chaya (Cnidoscolus chayamansa):
- Reino: Plantae
- División: Magnoliophyta
- Clase: Magnoliopsida
- Orden: Malpighiales
- Familia: Euphorbiaceae
- Subfamilia: Crotonoideae
- Género: Cnidoscolus
- Especie: chayamansa
Ubicación de La chaya (Cnidoscolus chayamansa)
Esta planta crece en América Central, específicamente en Belice, Guatemala y Honduras.
También en lugares calientes de México, como Tabasco y la península de Yucatán, así como en Nigeria, África.

Aunque es poco conocida fuera de la región, existen evidencias que la chaya era una planta importante para los mayas de la península de Yucatán y Centroamérica.

Características de La chaya (Cnidoscolus chayamansa)
Uno de los aspectos ventajosos de la chaya para la población es que crece de forma silvestre y es ideal para el cultivo en traspatios de casas, en jardines o macetas, lo que permite tenerla disponible para consumo cotidiano.
Las hojas de La chaya (Cnidoscolus chayamansa) son amplias de 3 o más lóbulos, mientras que sus flores son blancas.
El crecimiento de la planta es rápido; las hojas son comestibles y los brotes pueden ser producidos en un corto período (de 8 a 10 semanas).
Su propagación por estaca es fácil y las secciones de tallo leñoso fácilmente dan raíz.

Es una especie resistente al ataque de plagas y enfermedades, pero se ha descrito que Corythucha spp (insecto) y Puccinia spp (hongo) la atacan, el hongo ataca el tallo y el insecto afecta la hoja.
En la época de floración las mariposas del género Lipidopteria depositan sus huevecillos, según reporta Steinmann VW en su investigación “Diversidad y endemismo de la familia Euphorbiaceae en México”.
Dada la facilidad de cultivarla y por su alto valor nutritivo, se ha propuesto a la chaya como cultivo con potencial comercial para regiones fuera de Mesoamérica.
Además, es resistente a la sequía por lo que puede cultivarse en áreas con poca precipitación estacional (Peregrine, 1983). Peregrine WTH. (1983). Chaya (Cnidoscolus aconitifolius) a potential new vegetable crop for Brunei.
Beneficios de La chaya (Cnidoscolus chayamansa)
Varios reportes coinciden en señalar que la chaya es rica en hierro y proteína de buena calidad (cerca de 5.7% de proteína).
También, contiene fibra cruda (1.9%), calcio (199 mg/100g), potasio, vitaminas A y C, además de compuestos carotenoides, minerales magnesio, sodio, cobre y zinc, esenciales para las funciones cerebrales y el crecimiento.
Las propiedades nutricionales de sus hojas son superiores a las de la espinaca, amaranto, col o lechuga; y su consumo más común consiste en degustar en guisos, aguas o tés.
Sin embargo, su consumo más común, para propósitos medicinales es en forma de té, para lo que se utilizan, principalmente, sus hojas, aunque también se puede preparar infusiones con tallos y raíz.

Lo más recomendable es usar cinco hojas largas de chaya (o más, si son pequeñas), cortarlas en trocitos y cocerlas en un litro de agua, por 20 minutos.
Una vez fría, la infusión puede ser adicionada con unas gotas de lima o sal y tomar tres tazas a lo largo del día.
Según los reportes, de esta manera se obtienen los mejores beneficios como disminución de los niveles de glucosa en sangre para diabéticos, regulación de la presión arterial alta y, además, en el paquete viene incluido el suministro de antioxidantes.
Muy importante hervirla o freirla para comerla porque cruda contiene cianuro y cocinada se descomponen los elementos toxicos.
En un estudio realizado por Stacey Reader y Tim Motis muestra que la cocción de la chaya hace que se descompongan sus elementos tóxicos; para ellos, el tiempo de cocción ideal, tanto para hojas, pecíolos (la parte que une el tallo con la hoja) y tallos, es de 20 minutos.
Ross-Ibarra y Molina-Cruz establecieron que debe ser de 15 minutos, el cual, dicen, tiene correspondencia con los tiempos de cocción de las recetas tradicionales con chaya.
Sin embargo, para James Stephens, 1 minuto es suficiente. En cualquier caso, es fundamental evitar cocer o almacenar la chaya en utensilios de aluminio, pues con él se genera una reacción, también tóxica.
¿Qué hay del agua de chaya, bebida que se elabora con hojas crudas sin cocción y trituradas?
Frente a esta interrogante, Horacio Guzmán y Santa Ana Ríos ofrecen una posible respuesta: los compuestos tóxicos de la chaya disminuyen cuando ésta se corta y se deshidrata al sol durante 1 día, pues el ácido cianhídrico se evapora a 26 °C.
Sin embargo, esta indicación no aparece comúnmente en las recetas de agua de chaya. Entonces, ¿es la proporción de hojas en el agua la que permite consumirla sin riesgo? Quizá sí, aunque otra posible explicación: el jugo de limón empleado en la receta tradicional sería un ingrediente que disminuye la generación de ácido cianhídrico, de acuerdo con Cristina Barros.
Por el valor nutricional (alto contenido de aminoácidos, proteínas y minerales), las hojas son empleadas en el sureste de México y Centroamérica para el consumo humano.
En el estudio “The Use of Herbal Medicine by Older Mexican Americans” publicado en The Journal of Gerontology A. Biological Science and Medicinal Science se señala que dentro de sus usos etnomedicinales, las hojas de Cnidoscolus chayamansa son empleadas para curar la gripe, como diurético, contra procesos inflamatorios, energizante, laxante y para incremento de la memoria.
En “The traditional medicinal and food uses of four plants in Oaxaca, México” publicado en el Journal of Medicinal Plants Research se señala que en estados de Morelos y Tabasco hay distintos usos.
La chaya se emplea para el dolor de riñones, para bajar de peso, bajar los niveles de glucosa y colesterol en sangre y tratar el alcoholismo.
Una investigación destaca que el látex de la hoja de chaya es utilizada para tratar padecimientos oftálmicos como: irritación, manchas en la córnea y lagunas en los ojos.
La sabia del tallo es empleada contra piquetes de insectos, acné, erupciones de la piel y picadura de alacrán.
Checa el estudio:
“Cnidoscolus chayamansa hidropónica orgánica y su capacidad hipoglucemiante, calidad nutraceutica y toxicidad”
Otros usos etnomédicos son en trastornos digestivos como diarrea, empacho, calor en el intestino, flatulencia, estreñimiento, disentería, inflamación en el estómago y mal de boca.
Es empleada para los lavados vaginales después del parto y en heridas por quemaduras.
Además, es utilizada para tratar la diabetes, arteriosclerosis, cálculos biliares, bajar colesterol, laxante, estimulante para producción de leche materna, problemas digestivos y diurético.
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