El Lago de Cuitzeo está ubicado en el noreste de Michoacán y es considerado de relevancia nacional e internacional, ya que es el segundo lago natural más extenso de México y uno de los más antiguos del mundo. Este cuerpo lacustre brinda múltiples servicios ecosistémicos, y es estratégico para el desarrollo económico de la región.
El Lago de Cuitzeo: ¿crónica de una muerte anunciada
Rafael Trueba Regalado*
El Lago de Cuitzeo está ubicado en el noreste de Michoacán y es considerado de relevancia nacional e internacional, ya que es el segundo lago natural más extenso de México y uno de los más antiguos del mundo. Este cuerpo lacustre brinda múltiples servicios ecosistémicos, y es estratégico para el desarrollo económico de la región.
En la actualidad, el lago presenta un proceso de deterioro ecológico, es decir, está contaminado y exhibe una disminución en el nivel del agua, mismo que se ha incrementado en las últimas décadas por las actividades productivas, la sobreexplotación de los mantos acuíferos, la variabilidad climática y el mal manejo de la cuenca, ocasionando impactos económicos y de salud pública en los municipios ribereños.
El análisis del tema no es nuevo, ya que este cuerpo de agua ha sido uno de los más estudiados de México. Sin embargo, hasta la fecha son pocas las acciones exitosas por parte de las instituciones gubernamentales a nivel federal, estatal y municipal para tratar de recuperarlo y restaurarlo.
La crónica del problema, se retoma desde el año de 1882, en donde se construyó sobre el lago la primera carretera que conecta con la cabecera municipal de Cuitzeo, este acontecimiento dividió al cuerpo hídrico en dos grandes vasos de agua.
Posteriormente, en 1941, se instaló la presa de Cointzio en la parte alta de la cuenca, fomentando la primera desecación; En seguida, la autopista de occidente, cimentada en 1994, afectó el ingreso de agua proveniente de manantiales por la compactación. Por último, la autopista N°43 Morelia-Salamanca intensificó el deterioro, seccionando al lago en tres espacios diferentes, y disminuyendo el flujo hidrológico a la zona Oeste.
Estas acciones han aumentado la desecación del lago gradualmente, ya que en la década de los noventa la profundidad general oscilaba en un rango de dos metros y medio hasta llegar a tres metros, y en los últimos diez años esta situación se ha modificado.
En el vaso Oeste se registran periodos de desecación total, y cuando tiene agua la profundidad es de cinco a veinte centímetros. En la sección Central se alcanza un metro y medio como máximo, y en la zona Este dos metros y medio por la existencia de manantiales. Estas cantidades pueden variar, dado que los comportamientos son cíclicos.
En este orden de ideas, en el año 2021, el Lago de Cuitzeo afrontó una de sus etapas más críticas en términos de desecación, misma que se agudizó por el periodo de sequía a nivel nacional, relacionada con el fenómeno meteorológico de La Niña. Este proceso ocasionó que el 70% de la extensión del lago se desecara. El tema fue alarmante y se difundió a nivel internacional.
En ese entonces, los tomadores de decisiones en los tres niveles de gobierno comentaron que harían todo lo posible parar rescatar al lago, incluso fue un tema que diferentes candidatos políticos hicieron parte de su discurso en campaña. En agosto de 2021, con el periodo de precipitaciones el lago recuperó cierto volumen de agua, y con ello, el tema quedó en el olvido como ocurre normalmente.
El escenario de recuperación fue alentador, incluso hubo muchas personas y medios de comunicación que se atrevieron a mencionar que el Lago de Cuitzeo se había recuperado. Sin embargo, sólo fue un espejismo, ya que durante el año 2022 nuevamente el nivel del agua comenzó a disminuir y la calidad del recurso siguió empeorando.
La realidad es que hasta inicios del año 2023 se ha hecho poco por alcanzar los objetivos de recuperar y restaurar el Lago de Cuitzeo. De momento, el lago se encuentra en el periodo de estiaje y comienzan a percibirse las primeras tolvaneras, que están ocasionando un problema de salud pública. Con este contexto, parece ser que a los tomadores de decisiones no les interesa invertir en acciones a favor del lago, lo cual resulta un comportamiento alarmante, ya que si esta tendencia continúa se podría comenzar a registrar periodos de desecación total en general.
A pesar de que el panorama luce complejo, el mensaje respaldado con evidencia técnica y científica es contundente, y éste es que el Lago de Cuitzeo se puede recuperar y restaurar. Esto requiere de varios años de trabajo, pero se debe empezar abordando el tema con la rigurosidad que se demanda.
Por lo anterior, es necesario invertir en infraestructura hidráulica, impulsar los ordenamientos ecológicos territoriales de todos los municipios que integran a la cuenca, impulsar el manejo integrado de la misma, haciendo énfasis en la utilización de instrumentos económicos para generar una adecuada gestión y administración del agua, reforestar en las zonas de recarga, decretarlo como zona de restauración ecológica, mejorar la normatividad e impulsar proyectos estratégicos. Esta puede ser una de las últimas llamadas de auxilio para hacer frente a los múltiples problemas del lago. ¡Es momento de intervenir! de lo contrario esto será la crónica de una muerta anunciada.
¿Quién es?**
Rafael Trueba Regalado**
Es Doctor en Ciencias del Desarrollo Económico Regional. Maestro en Ciencias del Desarrollo Económico Local. Licenciado en Economía. Líneas de investigación: economía ambiental y ecológica, vulnerabilidad al cambio climático y desarrollo sustentable. Correo: trueba_59@hotmail.com
Las ideas vertidas en la sección de Opinión son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten. La política editorial de en15dias.com promueve su difusión como contribución a la discusión acerca de los conflictos sociambientales, salud comunitaria, derechos humanos y política ambiental.
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